domingo, 30 de agosto de 2009

EL POEMA SIN PERMISO

Date: Mon, 2 Feb 2009 13:37:02 -0800
From: gonzalo
Subject: Sin Permiso
To: jose_vicenter@hotmail.com
José Vicente,
El poema lo escuché en un casete regrabado de mi hermano, de esos que se escuchan todos los días por la inercia del gusto. Fue en mi época de bachiller por allá en los años 84 u 85 tal vez.
Mi hermano que en esa época estudiaba en la Nacional de Bogotá, trajo el casete y nunca pregunté dónde lo consiguió. La memoria me presenta el poema declamado al final de canciones de Silvio y Pablo. Muy probable que hubiera sido el lado B, después de la grabación hecha de distintos LPs o de distintos casetes y de sonidos de grabaciones sobrepuestas y cinta defectuosa.
Pasábamos la noche tres hermanos, cuidando el taller de carpintería de mi papá, en una pieza de un mezanin. Había una grabadora JVC vieja, a la que no se le exigía fidelidad en el sonido, o no se acostumbraba ese tipo de exigencias. Acompañaban a la grabadora muchos cassetes y también muchos libros, la mayoría de mi hermano el del casete, ninguno mío. Además de Silvio y Pablo rondaban por ahí Zeppelin, Joplin, Yes, Buarque, Fiol, Lilienthal, Battisti, Sosa, Hesse, Stone, Onetti, Benedetti, Camus, Dostoievsky, García Márquez, Nietzsche, Caicedo, Kafka y otros que he olvidado porque no fueron para mí importantes. Le prestábamos especial atención al poema, atrasando y adelantando la cinta en la vieja grabadora. En ese mezanin fue la primera y la última vez que lo escuché. Del casete sólo permanecen esas imágenes y sonidos en mi memoria. El físico está perdido.
El poema lo memoricé y me ha acompañado desde entonces. Pero para ser honesto, lo he aplicado mucho menos de lo que debería.
También lo he compartido con muchas personas, prácticamente con toda aquella persona que no ha pasado desapercibida por mi vida, porque siempre en las reflexiones uno llega a este tema... o también es probable que llegar a este tema se haya convertido para mí en una manía, en un oficio. Al principio a través de conversaciones cartas o postales y ahora de mails.
Y hoy lo estaba compartiendo, por segunda vez, con la mujer que amo, a propósito de la película Revolucionary Road.
Y pensé, bueno, ¿de quién será este poema? ¿Quién será el autor de esto que tiene un significado importante para mí? Busqué en Google con "Trocar el frio de la noche" y de repente lo encontré, sin restricciones de algún tipo, haciéndome sentir como decepcionado por la facilidad y la rapidez con que se me presentó.
Recuerdo que me gustaba la voz del intérprete en el casete. Tenía acento cubano. Finalizaba diciendo: "¡Sin permiso, Chente!". Siempre creí que era alguien que había tomado el poema sin permiso, porque era necesario y urgente divulgarlo. Pensé que originalmente era de un Ché Guevara o de un José Martí.
Al releer el poema noté que no había omisiones en mi memoria. Sólo noté un pequeño cambio, pero no era amnesia. Era así como estaba en la versión del casete. Se debía probablemente a una adaptación del intérprete; pertinente para la época y las circunstancias en que fue grabado: cambia la palabra "compañero" por "camarada". Me quedo con "camarada" porque para mi forma de ver, le da más fuerza y en mi imaginario, lo percibo como original.
Hoy supe que el poema se llama Sin Permiso y el autor es un historiador de nombre José Vicente Reyes Salazar que vive en Floridablanca, Santander.
Es interesante encontrarse con los artífices de nuestros referentes. O por lo menos yo soy de las personas a las que este tipo de cosas les parece emocionante.
José Vicente, quiero que se sienta bien, si es que es usted de las personas a las que este tipo de cosas las hace sentir bien.
¡Gracias!
Gonzalo.

miércoles, 4 de marzo de 2009




Que los días aciagos
tengan su alguien que diga:
¡Le amamos tanto!

Pequeña mentira del amor,
verdad de a puño:

El poeta me increpó
no comprometer la vida:
¡Le amamos tanto!

Deploró mi inocencia
y murió inocente, Chucho:

Puro, pueril, saltimbanqui,
deslenguado, rumbero, anárquico:
¡Le amamos tanto!


miércoles, 2 de enero de 2008

1. Poemas en desuso

I
LA GUERRA, LA PAZ Y EL HAMBRE


Cuando las armas altivas álzanse
en contra de las altaneras,
hombres se ven desfilar
decididos
en pos de una bandera.

Echadas las suertes
unos son cobardes y se esconden,
otros son valientes y pelean,
pocos son los que deciden y
la muerte decide por todos
...la paz.

Las penas con pan son llevaderas.
Las metas sin ti sólo quimeras.
Ilusión y verdad van de la mano
y nosotros... ¡tanto anhelamos!
… sueños.

No tenemos paz.
La muerte nos acecha
sin guadaña, sin afán,
nos ama con un amor laaaargo
y nos espera
en las esquinas espiando un beso,
en los pasillos atenta,
en la cama con frío,
con cara de hastío o de vieja loca,
¡la miserable!

Es hambre.
Tener sentimientos es fácil
cuando soñar nos cuesta.


II
¡QUÉ HAREMOS CON EL MIEDO, SEÑOR, QUÉ HAREMOS!

Y a quién podremos preguntarle
si todos tenemos miedo...

Miedo a perder
la costumbre, la inocencia,
el sobrenombre, lo invertido,
algún privilegio o la vergüenza
que nos queda.

Miedo de un amor
por el desamor,
miedo a la verdad
por un desengaño,
miedo a la muerte,
miedo de la vida...

Y quién podrá decirnos
que ha tenido miedo,
que ha muerto y vuelto,
que ha perdido,
que no sabe y está vivo.

Alejandra... (¡Dios mío!)

III
LAS HIENAS

Dicen que las hienas son cobardes
y siguen y persiguen y matan,
pero lo hacen porque tienen crías
o simplemente porque tienen hambre.

Hay fieras, sin embargo, más cobardes,
más traicioneras, si se quiere así decirlo,
son las hordas bípedas sin pelambre
que sin tener frío, persiguen,
sin tener hambre, asesinan,
sin tener sed, beben sangre.

IV
NUESTRO PAN DE CADA DÍA


No hay trabajo,
no hay monedas,
no hay pan.

Entonces
no hay hijos,
no hay madre,
nada.

Ni domingos
ni almuerzos,
nada.

El pan es trigo,
panadero,
molino y brazo
que lo mueve.

Espiga y cosechero,
sembrador anónimo,
sol e invierno.

Amarillo y verde,
ladrillo al rojo
en el horno negro.

Pan es flor,
dientes y lengua,
pan eres tú.

Y no hay, ay, ay, ay.

V
ESTOY TRISTE


Estoy triste putamente triste
por fortuna aprendí a llorar
despacito
rabiosamente despacito
de ojos para afuera humedad que lleva el aire
de ojos para adentro en cambio
alimento mi destilería vital
fermento gotas de amargura
en cántaros de carne
explotan en mi pecho burbujas
de pasión de iras contenidas
de odios de rabias desbocadas
de amores todavía no satisfechos
y exudo así día a día
las mieles salvajes del corazón

VI
MI DECISIÓN ELEMENTAL


La vida nos zaranda.
Una vía nos angosta.

El pan
ensopa
el vino.

El ron
licua
la sangre.

La voz
ahoga
un latido.

Y el lecho
muere
vacío

La vida nos zaranda.
Una vía nos angosta.

La selva
esculpe
hombres.

La guerra
devora
sueños.

Las madres
guardan
niños.

Los hijos
repudian
dueños.

Los muros
doman
puños.

Las alas
nutren
tempestades.

La vida nos zaranda.
Una vía nos angosta.

La rueda
metálica
angosta.

El rodillo
del sol
angosta.

Una chispa
un rayo
zaranda

Un beso
un niño
zaranda.

La inocencia
perdida
zaranda.

La ira
enciende
hogueras.

La pureza
trasciende
el fuego.

La vida—vida nos zaranda.
Y el sudor
amado
nos hace
eternos.

2. Canto a una Sembradora

I
Ángela,
angelita angelilla,
lindos son tus ojos negros
carita de pilla.

II
En su nido
vi aletear un pajarillo
ansioso por volar.
Sus alas, sin ser fuertes,
ya le daban valor para soñar
y querer su plena libertad.

Oigo en tu aleteo de pajarillo
un rumor conocido:
el de la flor que se abre,
el del volcán que despierta,
el del viento en las selvas,
el del hombre que grita:
el susurro lejano
de natura sin cadenas
en noches de tormenta.

III
Canta con dulzura, canta.
Anidan en tu pecho, juntas,
todas las esperanzas:
romper cadenas,
ser libres,
tener pan y casa,
vivir como hermanos
en la familia del mañana.

Canta con amor, canta.
Y diles que el mundo es suyo,
que tu voz también
y que luchamos por la misma causa.

Mi canto amargo
revela el sufrir de varios siglos:
el hambre, la sed y el frío,
el peso de un ayer sombrío...

¡Y canto con rabia!
¡Siento en mi pecho el ardor
de un pueblo esclavo,
que no olvida,
que sabe llegado el día
y desata sus rencores!

Compañera,
canta conmigo, canta.
Mi voz agria necesita de la tuya,
dulce, dulce tu voz,
para sembrar la tierra de esperanzas.

3. Sin Permiso

¡No basta escapar para ser libres!
Todos nosotros, todos
nacimos como flor de invernadero,
crecimos como aves en prisión
y el día que cruzamos el umbral
sentimos miedo, curiosidad, alegría, miedo...

¡No hay por qué temer!
El mayor riesgo es quedarse parado,
el peligro, no calcular o pensar en demasía
y la muerte, la no vida, la condenada
es el costo fijo de la cobardía
o el precio ocasional de la libertad.

¡Vuela conmigo, ven!
Trocar el frío de la noche
por la tibieza de una manta
no es justo, camarada, no es justo
cuando la noche es un cielo de estrellas
y la manta sinónimo de rejas.

¡Ven conmigo, vuela!
No regreses ahora a la luz
de un recinto estrecho y sin luceros,
no pretendas nunca devengar sustento
de la negación de tus propias fuerzas,
no permitas que tu oído se atrofie en el silencio.

Ven y escucha: aquí afuera
se percibe ya el murmullo de la vida.

4. Primero de mayo de 1981

Ahora cuando estoy solo, me siento triste y muy agitado
(presentía que iba a ser así y que sería inevitable).
Como decía don Miguel Hernández:
«Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato»
Aunque... prefiero decirlo con mis propias palabras:

Tengo frío, ¿entiendes?
tengo sed de alguien
y ganas de llorar.
Las paredes de mi cuerpo
se me caen a pedazos
y no bastan las palabras
para ocultar siquiera
las grietas que van quedando.

No bastan las palabras...
Pero el silencio no tiene sentido
si alguien puede arrimarse
a recoger mis escombros
para llenar con ellos
los baches de las calles...
Así podría al menos
estremecerme con los pasos
de cada caminante,
uno y otro cada instante,
sin ahogarme en esta angustia
tiritando de frío
y sediento de alguien.

Hay miradas nuestras que son como golpes al vacío
hablando un lenguaje que no entiende nadie.
Los gestos de la gente nos van diciendo
que no hay salida posible,
que el único refugio es la soledad,
yo aquí...
tú allá...
Un muro de silencio
de por medio,
erigido en nombre de la cordura
y la intimidad...

¡Bah!

5. Consejo Verbal de Guerra

Mira Mireya
las cuentas que hago:

Cinco dedos sucios
con las uñas sin cortar;
cinco sillas y un estrado
donde se sienta un jurado
convencido de poder juzgar.

El gordito es secretario
y se sienta en el pulgar.
Recuérdalo bien:
son cinco largos dedos sucios
con las uñas sin cortar.

El fiscal va en el índice
y el abogado de la defensa
como anillo al dedo
se situó en el anular.
Entre ambos me harán pistola
con el juez en la mitad.

Y en el dedo pequeñito,
que por rara coincidencia
se torció en un accidente,
va el jurado de conciencia...

...¡qué tal,
la conciencia que me va a juzgar!

Fotografía de época (1996)

Fotografía de época (1976)

6. Jornada

Mi enjambre de poros
se levantó hoy temprano
y empezó a sudar...

nubes de sudor,
ríos de sudor,
mares de sudor
hasta ahogarse.

Un barquito pasó
y junto a mí esta tarde
unos niños llegaron
a bañarse.

7. Grandeza

Al poeta Eugenio Pinto Barajas, el día que lo perdimos (Febrero de 1983)

Esa torre inmensa-
mente blanca
tiene dientes y muerde
vertical. Camina.
Mira con un ojo y
caigo mortal. Luces
de avenida. Un bar.
De bruces. Sal de mar.

Seré grande -cuándo-
como este árbol de bosque,
de brazos abiertos.
Vendrá la tala o el rayo,
la ciudad, los hongos
y seré otra vez quien soy:
piedra en el zapato;
barro, dijo el cura;
amigo, los amigos;
adiós... y el olvido.
Semilla, hasta mis nietos;
poeta, hasta los huesos;
o... ni tanto.

8. Vida errata

Marginal.
Veintisiete metros cúbicos de atmósfera,
tres calles que me son queridas
y el amor:
estoy quedándome sin mundo.
(Pagamos en vida la ilusión de ser poetas)

¿Habrá otro destino?
Guerreros y poetas,
pueblo raso y funcionarios:
el diario escalofrío,
ilusión y desempleo,
¡cuánto hemos querido!,
pereza y desamparo.
(De migajas llenos de esperanzas)

Trabajar, hay que trabajar,
¿sin saber por qué,
desde niños y hasta cuándo?
No creímos egresados
de la Escuela de la Vida
pero ¿a título de qué
y en qué podríamos emplearnos?
(Solitarios abriéndonos camino)

La mesa está dispuesta,
el vino derramado,
no estamos todos,
¿tendríamos que callar?
(Señalando con el dedo, preguntando)

Pagamos en vida la ilusión de ser poetas,
de migajas llenos de esperanzas,
solitarios abriéndonos camino,
señalando con el dedo, preguntando.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Recital en la UIS

El 16 de julio de 2007, en el entorno nacional del Festival de Poesía de Medellín, se realizaron varios recitales en Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Piedecuesta y Barrancabermeja. Uno de ellos se hizo en el Auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander, donde leí los seis poemas de la entrada anterior.

9. Epílogo

No somos
lo que fuimos.
No somos
lo que somos.
Somos un asomo
de pureza y de silencio,
de murmullo entre las hojas
y el agua corriendo
(errabunda entre las piedras).

Aclaración necesaria

Los seis poemas que constituyen la "versión canónica" son el resultado de una despiadada selección mía. En adelante irán apareciendo otros más que espero sean juzgados sin complacencias, con los cuales quizás he sido demasiado duro. Los compartiré porque también los quiero y cada uno tiene su historia particular, su pequeña historia que ante mí los engrandece.

¿Por qué "Poemas en desuso"?

El título me surge una tarde de 1980 cuando veo un poema mío acompañando una proclama política que no compartía. Me dije que había servido honestamente en la política y la cultura locales como poeta y humano y no quería ser utilizado discresionalmente, sin mi consentimiento. Vano pensamiento. Los poemas después de dados a luz ya no son de uno.

Un año más tarde llega a Bucaramanga Chucho Peña. Desde Medellín, llega a mi casa en la sede del Centro de Expresión Artística Sembrador, preguntando por mi nombre. Nuestro poeta mártir, quien me conocía de oídas, quería vivir entre nosotros y tuve el privilegio de instalarlo en nuestras casas y nuestros corazones. Cuando le expuse mi proyecto de Poemas en desuso se rió (yo acababa de escribir "Decisión elemental") y me dijo que en cambio los suyos eran "Poemas del más estricto uso y abuso". Ese latigazo poético fortaleció más nuestra amistad.

Con el sacrificio de Chucho Peña el nombre de mi poemario ya no tenía reversa posible. El de él ya se había publicado con el nombre que dijo y el mío no podría tener otro nombre. Con el tiempo, ese "desuso" fue adquiriendo otros significados, además de la primitiva indignación por el maltrato a los poetas.

Una connotación tiene que ver con la auto-exclusión que implica el ejercicio de la poesía con matices políticos, en un medio enrarecido por una guerra que ya se hace eterna en Colombia. Escribir poesía comprometida significa echarse a rodar desde la cima del Parnaso sin saber qué tan hondo se caerá. A esto se agrega la poca fortuna, el abandono en que he visto luchar por su existencia a algunos de mis poetas cercanos.

Otra connotación tiene que ver con la quiebra del socialismo real en el mundo. La poesía que alguna vez se preciara de ser "social" o "comprometida" no corre mejor suerte que la misma teoría marxista. Se les tilda de anacrónicas, desgastadas, obsoletas, cuando no peor. No me corresponde defender la teoría marxista, que ella se defenderá sola, pero sí puedo hablar de mi poesía: es honesta, hermosa, sincera, corajuda, frentera o mejor: entera.

Si ya no se usa escribir poesía así, con humildad acepto que los míos son "Poemas en desuso".

SI DESEAS CONOCER LOS POEMAS DE CHUCHO PEÑA, COPIA EL SIGUIENTE ENLACE:

http://www.chuchopena.blogspot.com

José Vicente